East London, la gorda grampeta y vení que te empomo!!!...
La Gorda Grampeta... |
Una vez que llegamos, respiramos y cruzamos la puerta. La primera imagen que registramos fue la de algún que otro choborra escabiando, prendido a la barra, y la fascinación de todo el mundo por tanto extranjero junto con cámara en mano. Nos hicieron sentar y nos empezaron a llenar la mesa de cosas. Se acercó la Madama dueña del lugar y nos increpó por la bebida. Tardamos diez minutos en hacer el recorrido por la carta, sólo por el hecho de estar seguros de elegir lo más barato. Cerramos en birra compartida y esperamos con ansiedad saber qué cuernos nos teníamos qué comer.
No es grashioshooo, no es divertido... nos están empomando... |
La llegada de la comida a la mesa fue espectacular. Había casi de todo, pero por suerte las tripas de cordero o de pollo, faltaban. Gallina, carnes, y salsas picantes... todo adornado con verduras y porotos prolíjamente presentados en cazuelas y previamente cocidos en ollas de "metal típicas Xhosa". En ese mismísimo segundo de abundancia y opulencia gastronómica, el chip se cambió a: “¿Quién va a pagar todo esto?”.
Por lo bajo empezamos a sacar todas las monedas que teníamos en los bolsillos, e hicimos el recuento para entender si por lo menos podíamos pagar la mitad. El número final de efectivo no era tan bajo como pensábamos, pero como siempre todo puede empeorar. Una vez que terminamos de comer y pusieron música, la estafa se empezó a vislumbrar más nítidamente. La terminamos de confirmar cuando a los tres minutos aparecieron todos los empleados vestidos con ropa típica y clavaron música intergaláctica de la zona.
En medio minuto la inocente española que nos acompaña estaba vestida de "payaso" típico Xhosa, con un sinfín de adornos y gorros. No contenta con eso, a los cinco minutos estaba clavando baile en el medio de las pistas. Nosotros sólo sentíamos cómo con cada baile, música, y gente nueva que aparecía a animar, se abultaba la cuenta. Empezamos a hacer chistes entre nosotros y cada tanto salíamos a la puerta a fumar y a reflexionar sobre la situación incómoda en la que nos habíamos metido. Había que tramar alguna estrategia para contrarrestar tanto show pago. Sacamos a la cancha todo el arsenal con el que contábamos: una cámara y mate. ¡Tomá! Ahí tenés algo a cambio, te filmo y te convido mate... eso son 100 rands menos.
La embestida del mate... |
Haciendo crecer la farsa... |
Saco la cámara y me hago el dolobu... |
Uno de nuestros valientes tomó coraje y pidió la cuenta, otro de nuestros no tan valientes arriesgó el número antes de verlo y no se equivocó. Había un cinco y dos ceros atrás codificados en moneda local. Quinientos Rands son algo así como 75 dólares. “No gracias... perdón, pero se me va de presupuesto che”. Parte del equipo se arremangó los pantalones para correr y otra parte del equipo se fue al baño a ver si antes de correr saltaba por alguna ventana hacia algún baldío.
Desplegamos nuestro cuerpo diplomático, seguido por piquete en las tablas... y a hablar con Daphne para pedir auxilio y una reducción inmediata de tan pretenciosa cuenta. Nervios gigantes, impotencia, y una gran cuota de pelotudez eran lo sentimientos que nos recorrían el cuerpo. Nos recriminamos muchísimo nuestra pasividad, ya que sabiendo que estábamos siendo carne de cañón africano, no tuvimos la fuerza emocional para oponernos a la coyuntura.
Risas de nervios y de cómo salimos de esta. En fin, luego de unas patadas emocionales, caradurez y un gran apoyo de Daphne, conseguimos pagar la mitad. La cosa se resolvió por la vía legal, a través de una especie de diplomacia de la tercera vía. Salimos medio indignados con un pendrive que nos dio la dueña (de ahora en más Gorda Grampeta), para que le pasemos las fotos que habíamos tomado en medio de bailes, escabios, comidas y curtidas varias.
¿Cómo nos vamos de acá?... |
Risas de nervios y de cómo salimos de esta. En fin, luego de unas patadas emocionales, caradurez y un gran apoyo de Daphne, conseguimos pagar la mitad. La cosa se resolvió por la vía legal, a través de una especie de diplomacia de la tercera vía. Salimos medio indignados con un pendrive que nos dio la dueña (de ahora en más Gorda Grampeta), para que le pasemos las fotos que habíamos tomado en medio de bailes, escabios, comidas y curtidas varias.
Todo terminó en muy poco tiempo, luego que hicimos el depósito del dinero que no teníamos pensado invertir en comida, ropas de colores y en nuestra última confianza en que ciertas cosas nunca son de onda, y que en tal caso, se dan de otra manera. Más allá de eso, la comida estaba exquisita, la música tremenda, las pinturas preciosas y los borrachos adorables.
Al final prevaleció la amistad... |
Volvimos a casa con Daphne a prepararnos para una noche muy especial, graciosa y trastornante. Nos vemos en un rato entonces...
Un poco de show para los argentinitos...
jaja, me hicieron cagar de risa, estuve ahi por un rato!
ResponderEliminarSin dudas el posta más cómico!!! ANIGUEY!
ResponderEliminarjajajajjajaja!!! por dios!!!!!!!
ResponderEliminarbesotes!!! y buenas energías!!
pablito gracias por escribir así genio!
lunita
OJO MUCHACHOS! no digan que no les avisé!!! jjj
ResponderEliminarhttp://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1222344