Últimos días en Argentina y vuelo hacia Ciudad del Cabo, Sudáfrica...
Pablo consumiendo pastelas por su acentuado miedo a volar... Juli entrevistando... |
La cantidad de trámites que tuvimos que enfrentar para dejar mínimamente ordenadas nuestras vidas en Buenos Aires fueron incontables. La cantidad de proyectos "laborales" que se fueron barajando para intentar sostener este camino fueron infinitos, inclusive hasta el mismo día del viaje. No tuvimos tiempo ni de racionalizar, ni de sentir todo lo que estaba sucediendo; sólo recuerdo que muchísimos mix de sensaciones recorrían permanentemente nuestros cuerpitos saturados de vértigo y ansiedad.
Por suerte, en el momento de mayor cansancio y duda por todo concepto, casi como por arte de magia, apareció la humanidad de Marianita Garrote a tirarnos mucha buena onda, y a darnos esa gran mano pacificadora y necesaria para afrontar la lista de pendientes a todo nivel. Al mismo tiempo dijeron presente los amigos, la familia y se empezó a notar el aliento de los más cercanos... Muchas personas que en el momento que más lo necesitábamos nos regalaron un poco de claridad y nos ayudaron a transitar esos lugares difíciles de atravesar.
Primer destino: Ciudad del Cabo... |
Hay que remarcar que más allá de toda la presión, nunca se perdió el humor, y que inclusive las relaciones se intensificaron al punto de una transparente y muy sana sinceridad brutal de
unos hacia los otros. Era raro ver como los más crudos pensamientos se
expresaban con total naturalidad, pero sin rencor y trabajando para el mismo objetivo.
Risa va, risa viene, chistes negros, y una sensación de estar navegando en los confines del inter
espacio, enmarcaron nuestros últimos días en Saavedra, Coghlan, Belgrano,
Almagro y Saturno (al menos dos veces al día).
Así fue que luego de resolver algunos temas consulares y darnos los últimos pinchazos, afinamos un poco la página Web, los soportes de Internet, los cables, las computadoras, el pago de los impuestos, la venta de un auto, el alquiler de dos departamentos, el seguro de viaje, etc. Además visitamos a todas las personas de las que nos queríamos despedir, escuchamos a los familiares que formulaban preguntas sin respuestas, y dábamos un poco de rienda suelta a una ansiedad contenida por apenitas más de un año.
Por fin llegó el día del vuelo. El entorno se fue aliviando. Ya no aguantaba más la sucesión de despedidas y divagues a los que los estábamos sometiendo. La sensación fue que se entendió que realmente nos íbamos, sólo cuando estábamos subiendo al avión. Logramos concluir el proceso, logramos finalmente subir al avión y conseguimos algunos proyectos para realizar mientras recorremos el continente africano. Siete horas de avión nos separan de una de las grandes aventuras de nuestras vidas, siete horas que prometen depositarnos en un sueño del que no sabemos si vamos a poder regresar...
Así fue que luego de resolver algunos temas consulares y darnos los últimos pinchazos, afinamos un poco la página Web, los soportes de Internet, los cables, las computadoras, el pago de los impuestos, la venta de un auto, el alquiler de dos departamentos, el seguro de viaje, etc. Además visitamos a todas las personas de las que nos queríamos despedir, escuchamos a los familiares que formulaban preguntas sin respuestas, y dábamos un poco de rienda suelta a una ansiedad contenida por apenitas más de un año.
Por fin llegó el día del vuelo. El entorno se fue aliviando. Ya no aguantaba más la sucesión de despedidas y divagues a los que los estábamos sometiendo. La sensación fue que se entendió que realmente nos íbamos, sólo cuando estábamos subiendo al avión. Logramos concluir el proceso, logramos finalmente subir al avión y conseguimos algunos proyectos para realizar mientras recorremos el continente africano. Siete horas de avión nos separan de una de las grandes aventuras de nuestras vidas, siete horas que prometen depositarnos en un sueño del que no sabemos si vamos a poder regresar...
Pónganse cómodos... va a ser un largo camino...
Esperando del otro lado: Table Mountain en Ciudad del Cabo... |
Ah, che, me olvidé de decirles: me deben 100$ de multa por haber tenido que cambiar dos veces el pasaje para ir a despedirlos!
ResponderEliminarCreo que se olvidron un par de calzoncillos....
¡Suerte!
se esperaba con ansias! lindas fotos chochamus! lindos colores, exitos!
ResponderEliminarQue bueno saber que están en el camino, a recorrerlo se ha dicho!!!
ResponderEliminarSuerte!
aaaaaaaaaaaay que bueno leerlos bien!!!!
ResponderEliminarespero que la estén pasando de lujo
los quiero mucho mucho mucho
Nunca me imaginé que el Parque Centenario quedaba tan cerca de Sudáfrica...
ResponderEliminarbueno gente les deseo lo mejor.... a la espera de noticias de uds, abrazo y mucha mierda!
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