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Hacia la bahía del Búfalo... |
Buffalo Bay y su día súper soleado dispersó al equipo de producción en busca de remotos lugares de playa virgen, soledad y meditación. La salida de sol se produjo a las 05:28 de la madrugada entre nubes que reflejaban una intensa incandescencia roja y amarilla justo en la unión sobre el horizonte del Océano y la playa. Cada uno aprovechó para fugarse por su lado, escuchar música, tomar mates, escribir, fantasmear, etc. La playa resultó ser bastante abierta y movida. Constantemente, olas de respetable envergadura, machacaban contra las rocas sobre la costa, por lo cual había pocos lugares para zambullirse de manera completamente segura y evitar la estupidez de tener que sacar a alguno con el pie torcido o ahogado.
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Primer acercamiento al océano Indico... |
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Movimiento de gaviotas sudafricanas... |
Las compañeras se iban a ir temprano, pero como el día estaba muy lindo, decidieron aprovechar el día de playa, quedarse a tomar sol y seguir escuchando boludeces en castellano mutado. La tarde fue realmente espectacular y disfrutamos muchísimo del calor, la arena, y de nuestra primera zambullida en el Océano Índico en una especie de yacuzzi que se formaba en la costa. El agua estaba bastante bien, tendiendo a fría, pero muy reconfortante y reparadora. Los perritos del hostal nos acompañaban a todos lados y refrescaban el entorno saltando y jugando entre ellos. Pasamos algunas horas abajo del sol hasta que llegó el momento de la partida del foreign team y con ella, la cruel realidad que entre nosotros, no teníamos un carajo que hacer en Buffalo Bay .
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El guardián de la bahía... |
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Bar cerrado por viento... |
Decidimos salir en busca de la locación para filmar un video clip que teníamos dentro de nuestras labores pendientes. Acto seguido, nos encontramos en el centro de
Knysna preguntando por un barrio de rastas que habitan en las cercanías del township. Sacamos algunas fotos al lago que presta su nombre a la ciudad, y nos metimos directamente en una calle dónde comercializan artesanías nuestros queridos amigos de color. Las caras que aparecieron de atrás de esos puestos, no fueron las más amables que vimos en nuestras vidas, y nos hicieron caminar la cuadra en menos de cinco segundos. Cada lugar que mirábamos sentíamos que ya nos habían sacado una radiografía de cuerpo entero. Nos ofrecieron toda la gama de drogas casi a velocidad colombiana y nos pidieron plata unas cinco veces. Por suerte alguien apretó "eject" y sin darnos cuenta ya estábamos a cuatro cuadras del lugar... reflexionando.
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Ternura infinita... |
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Una hermosa playa salvaje... |
El equipo de producción había decidido ir al barrio por su cuenta, pero al llegar advertimos que meter la cámara en el lugar no era lo más sano, así que inmediatamente tomamos la decisión de postergar el video, e ir en busca del primer huelguista del viaje que, no contento con la deserción, se había además dormido una siesta. Lo levantamos con mochilas y todo para salir hacia
Storm River, uno de los lugares que nos tenía bastante excitados y alimentando vaya uno a saber qué tipo de expectativas.
Estábamos sellando un día de mucho relajo, fantochadas e improductividad. El viaje fue muy tranquilo y duró un poco más de una hora. Sería en esta etapa en dónde teníamos que poner a prueba nuestro poder de regateo para tirar a alguien del Bungee Jumping más alto del mundo e intentar entrar al
Tsitsikamma National Park. Lo que se venía era un desafío argento 100%. Entrar a todos los lugares gratis y además intentar filmarlos. En el próximo capítulo los avances de un obligado cambio de sistema...
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La bahía propiamente dicha... |
Juli pabeando con un perrito...
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