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Llegando a Storm River... |
Una vez arribados a este pequeño pueblo turístico que aún muestra una gran predominancia de gente blanca, nos instalamos en Dijembe Backpacker, el más barato y rústico de los hostels de la zona. El pueblo no alienta demasiado al movimiento nocturno y las veladas se desarrollan alrededor de un fuego comunitario, en el que cada uno hace lo que se le viene al marulo, casi sin filtro. Para hacerte sentir bien, regala además, una variada gama de locos que van desde hippies sospechosos, a europeos que salieron del closet, y cada uno de ellos te va sorprendiendo con sus ticks, esquizofrenias y limaduras.
El dueño del lugar y su esposa son dos freaks importantes. Multifacéticos y disfuncionales, parecían haber tenido severos problemas con drogas sintéticas que devinieron en algunos otros de índole emocional. Los empleados del lugar como siempre eran de raza negra y tenían una onda tremenda. Eran simpáticos, activos, y se descostillaban de la risa de la forma de actuar de sus patrones. (La mayoría de estas personas provienen en general de los townships, de los pueblos cercanos a los centros turísticos, o de países circundantes un tanto más pobres, como Malawi, Zambia o Zimbawe). Tiramos las mochilas, nos acomodamos entre tanto loquito suelto, y nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente arrancamos uno de los días más lindos del viaje. Como siempre abusamos del café, frutas y panes ajenos, pusimos a punto a Blackie One, cambiamos a modo cara de piedra y salimos hacia el puente donde se encuentra el bungee jumping más alto del mundo. El puente desde donde se realiza este salto, une dos caminos montañosos a unos 300 metros de altura, y en la parte inferior del mismo tiene montada toda la estructura de salto a cargo de la empresa “Pure Adrenaline”.
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Puente de Bloukrans... |
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Vista desde el medio del puente de Bloukans hacia el océano Indico... |
Por debajo del puente pasa un río que desemboca directamente en el océano índico, en el que te morís en el caso que algo malo o imprevisto suceda en el salto. Una parte del equipo de producción empezó a sentir vértigo de sólo mirar a la gente saltar los 216 metros de caída libre. De los cuatro que somos en esta etapa, sólo quedó con ganas de saltar nuestro semental del peligro, Julián “Adrenalina” Árenzon, que gentilmente rifó su vida para un posible segundo capítulo del programa que estábamos haciendo para México. Sólo 600 Rands (90 dólares) nos separaban del salto, por lo que producción salió a solventar el escollo.
Así fue que encontramos a Kelven, el encargado de coordinar la seguridad y menesteres varios dentro del Bungee. Para nuestra preciosa suerte era un gran fanático de Maradona, y por ende, de Argentina. Al ratito de charlar tiramos el mangazo y nos regaló un salto. Además, permitió que el resto del equipo de producción accediera al puente para poder registrar todo. Alucinante comienzo del día.
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La tranquilidad del voluntario... |
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Un valiente en la cornisa... |
Sólo caminar hasta la mitad del puente es una experiencia adrenalínica. La vista del río, las montañas y el valle es espectacular. Apenas llegamos al medio del puente, nos estaban esperando unas veinte personas que son los encargados de hacer que no te des cuenta de nada. Profesionales del despiste y la seguridad que no te dejan pensar ni dar un paso sin su consentimiento. El momento de la tirada fue gratificante para todos. Entre música tecno y muchos gritos por todo concepto, a Juli se le fue poniendo la cara blanca y los gestos se le fueron borrando. Tomó aire, y más que tirarse, lo tiraron. Cuando volvió estaba muy nervioso y muy contento a la vez, bajo los notorios efectos de una gran explosión de adrenalina. Punto para el grupo que empezaba a afirmarse en el terreno "for free" y punto para Juli y su valentía.
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A volar... |
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Que no se corte la soga... |
Concluida la experiencia fuimos a seguir buscándonos la vida al Tsitsikama National Park. La
entrada costaba 200 rands para todo el grupo, pero nuevamente la charla,
la buena onda y la cámara nos dieron el pase for free. La
autoestima del grupo venía aceleradamente en ascenso, por lo que empezamos a sentir que
podíamos hacer esto todo el viaje. Pasamos la tarde adentro del parque nacional, filmando algunos animalitos y hermosos paisajes, e hicimos una caminata de hora y media hasta una cascada. El camino iba serpenteando por la costa del océano Índico, atravesando panorámicas de altísima calidad. Olas, colores, acantilados, rocas y vegetación fueron las vedettes de ésta tarde aventurera. La cámara iba prendida, como si fuera uno más, captando una de las sensaciones de libertad más lindas del viaje.
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Tres maracas a la deriva... |
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Campos de girasoles a la vera del mar... |
Llenos de todo eso volvimos al pueblo a descansar y a relajarnos.
Apenas llegados, interceptamos a unas personas delante de un pueso de excursiones de aventura, para preguntarles por algún mercado abierto para comprar un par de alimentos que nos faltaban. Los mercados aparentemente estaban ya todos cerrados, pero a cambio de eso, la
charla se extendió y terminó coronando el día con una invitación para hacer rafting... y adivinen qué... nuevamente for free.
En fin, nos relajamos durante lo que restó de la tarde. La noche nos encontró en algún otro hostel tomando cervezas con mucha gente alrededor de un fuego, un par de nuestras amigas y esa sensación de cansancio gratificante. Había un tipo que movía los troncos prendidos con la planta del pie. Había gente tratando de llamar la atención. Había un montón de tranquilidad interna. De esos días que no pasarán nunca al olvido. Nos despedimos entonces...
En el próximo capítulo: un pueblo surfer, un departamento y una luna de miel hidropónica.
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De otro continente... como de otro mundo... |
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Un camarógrafo a la deriva... |
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Piletas de tanino a orillas del Océano Indico... |
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La banda del "Golden Rocket"... |
Un poquito del parque nacional...
EXCELENTE!!!!!!! que siga el baile!!!
ResponderEliminarel bungy lo mejor de lo mejor!! zarpada vista muchachos, las fotos vienen siendo cada vez mejor!
ResponderEliminarposta, qe comen? jajaja ojo con las chicas, a cuidarse siempre!
I want it for free, baby!!!!!
ResponderEliminarPablunchi, muchas minas, muchas minas, pero en el bungy arrugaste.
ResponderEliminarL. B.
che, Zambia es un pais rico!! tanto o mas que Sudàfrica!! :D
ResponderEliminargrande juli!!! mucho huevo...te envidio mucho me encantaria haber estado y saltar tb...muy bueno el viaje loco y muy buenos los relatos
ResponderEliminarabrazo lachinezco!!!