8 dic 2009

Mossel Bay y Blackie One...

Con Barry disfrutando la panorámica de Hermanus...
Para ser un día en que teníamos que movilizar a toda la tropa hasta el siguiente escenario elegido, amanecimos muy tarde. Aún teníamos todo por resolver, a enumerar: el estado corporal y mental after vacaciones, la movilidad, el cambio de dinero y averiguaciones varias para ver si de alguna manera, lográbamos escapar del antro de perdición. La vagancia y los ataques de responsabilidad se batallaban internamente dentro de cada uno de los lesionados integrantes del equipo de producción. Eran esos días en que se venía venir que en cualquier momento algo explotaba por algún lado. Esos días "post desparramo indiscriminado de endorfinas". El atentado terrorista sucedió a eso de las once y media cuando se retomó por décima quinta vez la discusión de cómo nos íbamos seguir movilizando. Tiempo y dinero era la ecuación que atravesaba la charla.

Atardeciendo en las rutas sudafricanas...
Las posturas de cada uno eran las clásicas en estos pleitos: estaba quien se hacía el perro boludo, estaba quien boicoteaba todo, quien le daba lo mismo, quien justo tenía que ir al baño, todos roles y posturas que iban cambiando de persona de acuerdo a los intereses y convicciones. Además teníamos que armar los bolsos, juntar el quilombo de la habitación, ir a hacer un minitour con Barry hacia algunos puntos de la ciudad, y atender a personas mayormente del sexo opuesto haciendo preguntas de todo tipo en algón otro idioma... a las que para colmo queríamos responder.

El equipo de producción juntó aire, sacó cuentas, y concluyó que para el tipo de recorrido que teníamos que cumplimentar en esta primera etapa del viaje, lo mejor sería el alquiler del auto, pagar, llorar y luego disfrutar. Así que démosle la bienvenida a nuestro nuevo amigo de rutas y parte fundamental del equipo: el único, increíble e inigualable... “Blackie One”.

La banda del Golden Blackie...
¡Todavía no lo podemos creer! y la lista sigue en aumento!... Un Volkswagen Gol negro azabache que tiene pinta de comerse lo que venga... con estéreo y un tanque de nafta lleno. El detalle, el principal detalle, es que en este país del mundo se maneja al revés, así que se imaginarán a los cuatro sudamericanos intentando doblar bien, buscando la palanca de cambio del otro lado, y tratando de no manejar en el carril contrario.

Antes de emprender la retirada nos fuimos con Barry al punto panorámico de Hermanus, lugar donde nos explicó qué era cada cosa que habíamos visto entre tanto caminata y rock. Allí obtuvimos una sensación de grata plenitud y nos robamos el espíritu de este pueblo que nos dio tanto color y ballenas. Al bajar hicimos una visita a uno de los township, barrios pobres habitados netamente por gente negra, y que se encuentran ubicados generalmente en la periferia de cada uno de las ciudades sudafricanas. Como escondidos detrás del telón de la colonización europea.

Hermanus township...
Hermanus township bis...
Llegó el momento de la partida y nos dimos cuenta que cuatro personas más trece bultos no entrábamos en el auto. Infinita cantidad de combinaciones nos dieron el resultado final: lo mal que íbamos a viajar. Así logramos arrancar a la ruta. Mientras el camino pasaba, todo era una sensación de alivio. Teníamos la movilidad para el mes que queda por delante en Sudáfrica, y nuestro próximo destino estaba a trescientos kilómetros. En el camino filmamos, escuchamos música y paramos un par de veces a sacar algunas fotos.

Trabajando la baulera...
La llegada a Mossel Bay aconteció sin problemas. Al ratito se hicieron presentes nuestras amigas en un "beetle" que se desmorona, pero que parece que a su vez, anda que te anda. Todos juntos entonces, arreglamos la estadía en un lugar que parecía una cárcel o quizás un hospital, pero que llevaba a la mitad los gastos de nuestras últimas incursiones. En las instalaciones se desarrollaba un torneo de pool regional y estaban todos bastante borrachos. Comimos, salimos a dar una vuelta por la ciudad, y luego cada uno a su cama, para retomar las jornadas laborales en la mañana siguiente.

Una jornada inestable, pero sumamente alentadora: la movilidad estaba resulta, logramos salir del circuito europeo de backpackers, nos llevamos a Barry en el corazón y teníamos a nuestras amigas para compartir los momentos que se venían. Dese entonces por muy bienvenidos a Mossel Bay. Queda invitado a seguir leyendo...
Al lado del camino...
Paseando con Barry por el township...

4 comentarios:

  1. Más comida menos histeria! mas color menos por menores!

    Ponganse bloqueador solar chicos y no pronuncien: O MY GOSH!

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  2. ¿las "amigas" son parte de los 13 bultos?

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  3. No se pierdan Jeffreys Bay y los super tubos!! (Y aprovechen la fábrica de Billboard, con segunda selección baratisima!!)Y recuerden: un ROBOT es un SEMAFORO! jajaja! que lindos recuerdos... un abrazo.

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  4. Seria lindo ver una foto del "Blackie one" en condición de viaje. a ver donde se metieron los bultos.

    Luis B.

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