La Casa Latina de Grahamstown, Rollo megafantástico… Rollo galáctico…
La famosa, única e irrepetible "Casa Latina"... |
Luego de una semana de apresurada búsqueda de todas esas poco exitosas variables entonces, llegamos al local de Andrea con un aviso que habíamos encontrado en internet. Andrea nos quería mostrar un montón de boludeces, pero: “No Andrea, esta que está acá. Mirá. Ésta”. Era una casa que ni la inmobiliaria sabía que tenía para alquilar. Referénciese usted a través de este ejemplo, sobre cuán “Wonderland” es este ingenuo pueblito llamado Grahamstown, que a la gente se le olvidan “casas que tiene para alquilar”. Prosigamos.
Nos llevó hasta el aviso, abrió la puerta y... ¡Chan!... la mansión
no se acababa nunca. Empezamos a dudar si tenía sentido considerarlo, porque
parecía demasiado grande para dos personas. El precio de publicación era de por
sí insólito, y nosotros estábamos dispuestos a negociarlo bastante más para
convertirlo en insólitamente ridículo; cosa que gracias a la logia secreta que
maneja la economía de Grahamstown, finalmente conseguimos.
Lo único que no tenía era una cocina (el artefacto), pero daba la casualidad que desde la época del travelling trolly, teníamos la nuestra guardada en una baulera, por lo que solamente teníamos que irla a buscar y reconectarla. “Pepe, arrimá la camio...”. Y ahora...“¿Qué hacemos con semejante mansión?”. Los planetas se alinearon para dar una respuesta luminosa y certera en forma de rayo de luz, y en el mismo momento en que nos hicimos la pregunta, llegó un correo de “Luisito Rabanito Saharahui” que decía algo así como: “Vuelvo al town en un mes, no tengo casa ni teléfono ¿me ayudas a buscar algo?”. “Bingo cabeza, somos tricota. Metele que son pastele...” y nos mandamos literalmente a “mudar”.
Lo único que no tenía era una cocina (el artefacto), pero daba la casualidad que desde la época del travelling trolly, teníamos la nuestra guardada en una baulera, por lo que solamente teníamos que irla a buscar y reconectarla. “Pepe, arrimá la camio...”. Y ahora...“¿Qué hacemos con semejante mansión?”. Los planetas se alinearon para dar una respuesta luminosa y certera en forma de rayo de luz, y en el mismo momento en que nos hicimos la pregunta, llegó un correo de “Luisito Rabanito Saharahui” que decía algo así como: “Vuelvo al town en un mes, no tengo casa ni teléfono ¿me ayudas a buscar algo?”. “Bingo cabeza, somos tricota. Metele que son pastele...” y nos mandamos literalmente a “mudar”.
Luis "Rabanito" Saharahui y su guitarra mágica... |
Espiando el cuarto de Vico... |
El pasillo de la planta alta... |
Era de esas mansiones llenas de almas en pena y de reprimidos llantos nocturnos; la imagen en sepia de una gran fiesta que se acabó, o la de esa juventud que ya no es y que se aferra al pasado. Skay resumiría: “el llanto ahogado en la garganta, el grito mudo del dolor... Bailando ante mis ojos, dando tumbos en la noche, con el viento entre las manos... te vi”. Y... nosotros no íbamos justamente a ser esa banda energética que le devolvería el esplendor de la vida en olas de alegría hogareña.
Vistas al patio... |
Unas pizzitas a la parrilla... |
Merodeando en este contexto, apareció también la figura y el humor negro de lo que Vico apodó “El guionista”, un concepto análogo al de la “Mano Negra” que nos acompañó en América en Bedford, en el sentido que funcionaba como un chivo expiatorio inmaterial, al que uno le podía echar la culpa de todos los eventos desgraciados que sucedían, en cualquier circunstancia y por cualquier concepto. El Guionista de la segunda mitad del 2013 entonces, fue un grandísimo hijo de puta que siempre tenía otro as escondido debajo de la manga... como para que no perdamos la costumbre y/o nos olvidemos de pasarla un poco peor. Cada maestrito con su librito... Apasionante.
Me olvidé de comentarles... También tenía pileta... |
“Pipazo va, pipazo viene, los muchachos se entretienen...” y hablan las gansadas más lindas del planeta. De aquellas tardes/noches y de la prodigiosa guitarra que Luisito siempre llevaba con él, nos quedó un disco inconcluso de rock limeta intitulado “Rollo Galáctico”, que no muy disimuladamente, pone al descubierto los endebles estados mentales por los que por aquellos momentos atravesaban estos tres mosqueteros sin espada. Hermosa y mucho más que atesorable comunión de espíritus.
Rollo Megafantástico...
La mejor cocina de Grahamstown... y Ali... |
El rincón chino... |
Pasaron todos, durmieron todos, fumaron porro todos, se enojaron todos, pelearon por espacios todos, y así fue que Grahamstown durante una buena parte del 2013, mostró que el calendario maya no estaba tan errado, y que hay lugares en el mundo que por ciertos períodos de tiempo flipan. La vida sucediendo de la manera más extraña en que alguna vez la vi, comandada por extrañas energías que nos llevaban de un extremo emocional al otro. En algún momento la casa nos empezó a sanar, pero nuevamente sonaron las campanas del infierno... Teléfono rojo desde Argentina...
Paddy... de lo mejor de Grahamstown... |
A limpiar, a descascarar, a dejar que el mundo decante. Muchos ejercicios nuevos para aprender. Brindo entonces en presencia del insondable recuerdo de aquella anarquía ordenada de la “La Casa Latina”. Lo invitamos a pasar y a ponerse cómodo, mientras lo invitamos a que lea el próximo capítulo. ¡Salud!
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