“En aquel mundo de los deseos construido por mi
persistencia, la vida es como un tren: Algunas veces corre velozmente entre las
llanuras planas como un buen caballo; otras vacila con dificultad y avanza
entre imponentes y empinadas montañas, lagos, ríos y mares. Tanto en las situaciones
favorables como en las adversas, los dos carriles bajo las ruedas del tren
siempre permanecen en paralelo. Uno es el carril del “si”, el otro es carril
del “no”. En mi mundo, estos dos carriles son la expresión de mi forma de
pensar y mi conciencia. En el proceso de avance sobre aquella estructura
paralela, en donde se superan los obstáculos continuamente, estos me guían
hacia la meta de mi corazón”.
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De Acá a la China... Una película hecha con amor... |
“A ver… ¡Por favor! Alguien que le ponga un freno de
mano a la vida que tenemos una película que terminar”. Vico había decidido que por
nada del mundo se quería perder el bailoteo del rodaje, por lo que juntos aterrizamos en el aeropuerto internacional Pistarini, lugar en donde nos estaba
esperando la afamada figura de Federico Antonio Marcello, perfectamente listo para quemarnos el coco liso por el período de un
mes.
Llegar a Argentina después de cuatro años no me produjo absolutamente
nada, hecho que le adjudico a la pastela que me tomo para volar, la cual hace
que vivir o morir, me parezca parte de exactamente lo mismo. Es un poco de Clonazepam,
pero versión budista 2.0, que mezclado con una buena dosis de alcohol, te transforma
en un insensible absoluto de ojitos vacíos y pajaritos en la cabeza. Como yo no
tomo ni aspirinetas, cada vez que me meto media de estas tabletitas la paso
bomba, y como a Vico le agarra envidia de verme drogado, aunque no tiene miedo
a volar, y como para no perderse la aventura, se la toma igual.
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Es para Fede que lo mira por Tv... |
Pasados los “Holas, que lindo volver a vernos nuevamente”, el siguiente mes fue
como un día extremadamente largo de nuestras vidas. No puedo recordar muy
claramente cómo fue que el cuerpo resistió el adrenalínico correteo de hacer
que tanta cantidad de cosas sucedan... pero en líneas generales: llegamos a la
casa de Fede, prendimos las computadoras, los celulares, y de ahí en más, nebulosas
de colores en todos los sectores de mi memoria. Había que ayudar a armar una
exhibición China en el centro cultural Borges, conseguir equipamiento,
locaciones, buscar varios actores, alquilar luces, conseguir permisos para
filmar en el aeropuerto, y llevar al día los dos mil papelitos que la infame
burocracia que no perder el control de los hechos demanda.
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Dani, los gemelos Portnoy y Vale... |
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Fede y Capi... |
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El chelito preparando la jornada... |
Además había que ir a Mendoza a ver al Indio,
tratar de juntarse con algunos amigos que no veía desde que me había ido de
Argentina, y preparar el catering para los cuatro o cinco días de rodaje que
teníamos planeado para que la banda pueda seguir sonando. Gracias al cielo
estaba mi santa madre en Buenos Aires, muy lista y predispuesta a dar una mano
en todo lo que fuera necesario, que sumada a la infinita paciencia que nos
tienen los padres de Fede, ayudaron a que la carga se alivianara
significativamente. Fue un buen momento para reafirmar y valorar la importancia
de los seres queridos apoyando las boludeces que a uno se le ocurren.
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Alejandra y Hu... |
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Gasti, Héctor y Fede... |
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Héctor y Marisa... |
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La abuela Gugliottella y las próximas generaciones... ¡Gracias! |
Se me hacen nudos mentales y emocionales al intentar
el ejercicio de relatar todo lo sucedido y todo lo sentido durante este
vertiginoso mes de Octubre de 2013, en el que participaron todos los
familiares, todas las extensiones familiares, todos los chinos conocidos, muchos
amigos, muchos amigos de amigos, y una infinidad de entes ocasionales que le
metieron una sonrisa al proyecto, y ayudaron, aunque sea con el más mínimo de
los aportes, a que los eventos arribaran al mejor de todos los puertos
posibles.
Se formó un equipo de personas que uno a uno demostraron
que las uniones humanas, mucho más que una utopía, pueden ser una realidad. Fue
una instancia en la que sentí muchísimo orgullo de haber tenido la posibilidad
de formar parte de tan lindo grupo de gente y de trabajo. Gente que simplemente
hizo todo lo humanamente posible para nunca perder el humor y dignificar el
esfuerzo extra, ése que realmente hace
la diferencia en la vida. El que cuesta, no el que es dado... ese en el que uno
tiene que concentrarse y sostener, que en definitiva es el que marca la diferencia entre las esencias
de las personas.
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¡Hay equipo sí señor!... |
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José, Capi, Vico y Chelo... |
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Preparando el set... |
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Maru y su magia en la cara de Dani... |
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Los Portnoy, La Rubia y Maru chequeando tomas... |
¿Qué más puedo decir? Tengo que nombrarlos a todos: Mar
y Gasti, Vico, Rubia, Marina, Fede y Pablito. Gallo, Chelo, Capi, José, Julián.
Hu, Vale, Dani, Horacio, Tía Nena, Sonia, Los Gemelos Portnoy, Garrin, Santana. La genialidad de Vilma y toda
su familia, Ramón y Lily, La familia Lema, La Familia Gugliottella, La familia
Marcello desde Héctor y Marisa, y pasando por todas las generaciones hasta
llegar a Felipe. Fernando y mi santa madre Alejandra. Toda la gente de
Aeropuertos 2000, Eduardo Geffner, Ana Kuo, Agustín Zbar y hasta la buena onda
de Alfredito, Rodney y Stevens que flotaba en el ambiente. También las energías
de muchas de las personas que por algún u otro motivo no participaron
físicamente de la experiencia, pero de las que constantemente invocamos los
espíritus.
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Hu, Lily y Ramón... |
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Marianita y Capi... |
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Garrin y Santana... |
De esos eventos en los que uno no puede
hablar de un sentimiento. De esos estadíos que en definitiva tienen el conjunto
de condimentos de la gran salsa de emociones que es la vida, y que gracias a la íntegra humanidad de este grupete de personas y a nosotros mismos, llegaron al
paladar como esos afrodisíacos que te llevan a pasear por el mundo en un
único y compacto recuerdo. Otra gran etapa había concluido con sumo éxito, y
por suerte, el único costo que realmente había tenido fue el de un poco más de
vida, que aunque muy caprichosa y vertiginosa, podemos decir también, que muy bien vivida.
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El tío Horacio y los Gemelos... |
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Vale con la tía Nena... |
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Dani, Hu, Vale y Felipe... |
Nos quedaba muchísimo por delante. El único que
tenía realmente idea de cuánto era Fede. Lo importante es que habíamos dado un paso más en la batalla, y que aquel camino fue sellado con una fiesta comunitaria en
la que de alguna u otra manera, participamos todos. El resto de las procesiones
continuaron por dentro. Hay quienes perdieron el hilo, hay quienes aún al día
de hoy lo siguen buscando. Así es la madeja de la vida, un eterno ovillo que
constantemente tenemos que seguir desenmarañando.
Mucho más cansados que antes, y porque las condiciones para algunas cosas
no estaban aún dadas, nos volvimos nuevamente a Sudáfrica, a ver cómo carajos
nos pegaba esta nueva experiencia en la cabeza. Todo parece una excitante y gran
aventura, pero la pucha que hay que aguantar... Gracias a todos los que
estuvieron una vez más. Infinitas y sentidas gracias y hasta la próxima.
No live link!!! Dilarang nyepam di sini!
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