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¡Qué banda de manijas!... |
Para empezar este post debo agradecer enfáticamente al
borracho "couchsurfero" por regalarnos la primera noche de asilo político en
Ciudad del Cabo, y hacer un esfuerzo más para aplaudir con el corazón a Caitlin... por la casa, por la comida, por las camas, las salidas, y por ser una campeona pura raza del mundo mundial. Gracias a todas estas comodidades, asistencias y generosidad humana, pudimos dedicarnos exclusivamente a organizar la
estadía, los eventos, las excursiones, y todos los por menores que se necesitan para moldear un recorrido por Sudáfrica versión familiar. Una vez que tuvimos todo resuelto, matamos el tiempo muerto tomando algunas cervezas en la famosa "Long Street", y nos
acercamos al estadio mundialista a presenciar uno de los peores partidos de
fútbol de nuestras vidas entre Sudáfrica y la República Central Africana.
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Caitlin... Genia pura raza... |
Como siempre sucede en el planeta Tierra, el tiempo
pasa, y más que ponernos viejos como dice la canción, apuramos el paso
hacia un destino que nos avisaba que había llegado el momento de dar el
presente en el aeropuerto internacional de Ciudad del Cabo. Encontramos un mini bus que nos llevó hasta "Goguletu", un township desde el que tuvimos que caminar algo así como diez minutos para llegar hasta las famosas puertas de desembarque y empezar a hacer el despliegue de los infaltables carteles de Bienvenida.
En este específico
caso, los carteles de bienvenida no eran cartulinas escritas con una letra
bonita y adornada, sino más bien, y para ser muy sinceros, unos nervios y uno de
los tapones emocionales más grandes que haya experimentado en toda mi vida. No
sabía cómo pararme, qué cara poner, ni qué iba a decir. Tenía los sentimientos
más perdidos que perro en cancha de bochas. Ni llorar o emocionarme podía. Me
sentía enfrentando sentimientos en gota, que estaban a punto de rebalsar una
vida a la que ya no le cabían emociones.
Luego de un par de confusiones, y de
saludar desde lejos a personas que no eran de la familia y que nos hicieron quedar muy
mal parados ante el resto de la humanidad circundante, la magia sucedió
nuevamente, y volví a ver la cara de mi vieja y de Ferchu después de casi dos años y medio. Si me ponía compulsivo o le daba rienda suelta a las emociones, iba a
terminar llorando como un niño en el medio del piso del aeropuerto, con riesgos que me tengan que venir a recoger una semana más tarde.
Para evitar tan
tremendo inconveniente, decidí intentar actuar como si nos hubiéramos visto en
la cena de la noche anterior y no hubiéramos experimentado ningún cambio en los
últimos veintisiete meses. Alejandra Patricia Traferri estaba en un modo
parecido, pero como buena madre que necesita desesperadamente saber cómo está su hijo,
no paraba de escanearme los ojos, cosa que hacía que las cosas fueran otras veintisiete
veces más difíciles.
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Alejandra y Ferchu... ¡Bienvenidos!... |
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Ciudad del Cabo de fondo... |
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Waterfront en Ciudad del Cabo... |
Aunque también era mucho más que entendible. Lógicamente todos
habíamos experimentado muchísimos cambios en nuestras vidas, por lo que
entonces también estábamos buscando todas esas respuestas de golpe... atascados en la parte más
genuina de ese amor infinito que sentimos el uno por el otro, pero moviéndonos
como conocidos desconocidos, con la ansiedad de necesitar esa conexión
que acomoda el corazón a la cotidianeidad.
Esa inquietud que arde en el alma y que
constantemente recrudece hasta entender dónde está parado el otro; y esa
impaciencia para esperar una respuesta que no es una cuestión de voluntad, sino
de tiempo. Habían pasado más de dos años, que en mi caso representaban también
algo así como diez países, un documental en Israel y Palestina, y una película en
China. La última vez que nos habíamos visto había sido justo antes que casi
nos soplaran la vida en la revolución egipcia. Infumable.
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Mateando en la pirca... |
Mossel Bay, Knysna y Jeffrey’s Bay nos regalaron
surfeadas, olas, y el viento y la arena, sucundum sucundum. Resumiendo: la
famosa ruta jardín, de punta a punta y de pueblo en pueblo, fue la encargada
de adornar y contextualizar esta primera etapa de Vacaciones en Familia Reloaded,
que aunque muy inestables y llenas de sentimentalidades, transpiraron
constantemente el orgullo de tener tan cerca a este cúmulo de inigualables personas,
capaces de venir a visitarme tan lejos en el caso de mi familia, y capaz de
acompañarme desde tan cerca en el caso de Vico; y no conformes con ello, soportar
mis peroratas, y hacer de todos mis días en la vida, un día mejor.
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Que no se pare de brindar... |
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Knysna... |
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Jeffrey's Bay... |
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Plettemberg Bay... |
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Esa particular hermosura sudafricana II... |
Cada vez que
lo recuerdo es como si llovieran baldes de emociones que mantienen limpio el
pecho y sano al corazón. Qué se yo, espero que hayan disfrutado de las fotos tanto como nosotros disfrutamos de nuestras mutuas compañías... Hasta la
próxima y salud.
No live link!!! Dilarang nyepam di sini!
ResponderEliminarNo live link!!! Dilarang nyepam di sini!
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